Somos un equipo de analistas alternativos comprometidos a llevar análisis objetivos, independientes y sin fines de lucro. Somos autónomos, por ende, nuestros análisis son basados en la realidad que envuelve al planeta debido a la voracidad de las transnacionales, al descaro mediático de los medios de comunicación más grandes del mundo que basan su trabajo en defender los intereses de quien les ofrezca más ganancias por su trabajo o de gobiernos que no tendrían resultados positivos sino fuera porque el comportamiento mediático remunerado por las élites, existe para mal dirigir al pueblo trabajador y evitar que este incremente su pensamiento crítico, su solidaridad, su trabajo comunitario por el bien de todos.
SAY IT WITHOUT CENSORSHIP!
We are a team of alternative analysts committed to providing objective, independent and non-profit analysis. We are autonomous, therefore, our analyzes are based on the reality that surrounds the planet due to the voracity of transnational companies, the media audacity of the largest media outlets in the world that base their work on defending the interests of whoever offers them the most. profits from their work or from governments that would not have positive results if it were not because the media behavior remunerated by the elites exists to misdirect the working people and prevent them from increasing their critical thinking, their solidarity, their community work for the good of all.
Somos un equipo sólido trabajando desde antes del nuevo milenio, donde desafortunadamente se planearon los peores desastres del 2000 en adelante, donde guerras, invasiones, hambre, destrucción, muerte, división de la clase trabajadora, por ende el florecimiento de la vieja filosofía: “Divide y Vencerás”, han prevalecido, y marchan hacia adelante para permitirle a las élites mundiales ser las dueñas y señoras de los recursos del planeta, incluyendo la mano de obra de hombres y mujeres de escasos recursos que al final son las victimas de la falta de conciencia que padecen muchos, lo que hoy, permite que un número pequeño de individuos controlen todo, por medio de recursos políticos, militares y económicos de los que se han abastecido gracias al trabajo de una prensa capaz de mentirle al pueblo, de mal guiarlo, de prácticamente llevarlo al final de sus días sin esperanzas de vivir una vida digna. Pero también, el pueblo tiene mucha culpa por no trabajar por sus reivindicaciones más sentidas, por una vida mejor para sus hijos.
Nuestra madre tierra espera solidaridad. Pensemos menos y hagamos más.
Nuestro trabajo esta dedicado a Marianella García Villas y a todos los seres que han perdido la vida por defender los derechos de los más pobres o simplemente por haber estado en el medio y fueron una baja indirecta del sistema.
We are a solid team working since before the new millennium, where unfortunately the worst disasters from 2000 onwards were planned, where wars, invasions, hunger, destruction, death, division of the working class, therefore the flowering of the old philosophy: “ Divide and Conquer”, have prevailed, and are marching forward to allow the world's elites to be the masters of the planet's resources, including the labor of men and women of limited resources who in the end are the victims of lack of conscience that many suffer, which today allows a small number of individuals to control everything, through political, military and economic resources that have been supplied thanks to the work of a press capable of lying to the people, of misguiding them. , of practically taking him to the end of his days without hope of living a decent life. But also, the people are very guilty for not working for their most heartfelt demands, for a better life for their children. Our mother earth expects solidarity. Let's think less and do more. Our work is dedicated to Marianella García Villas and to all the beings who have lost their lives for defending the rights of the poorest or simply for having been in the middle and were an indirect casualty of the system.
Marianella García Villas y Guadalupe Rodríguez
Marianella García Villas, era la presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de El Salvador cuando fue asesinada por el ejército salvadoreño.
Ella se trasladaba, junto a Guadalupe Rodríguez y alrededor de 100 campesinos, a una zona más segura, ya que el área donde se encontraban sería invadida por el ejército.
Marianella entró a las zonas en conflicto para documentar abusos y recolectar evidencias del uso de armas químicas por parte de las Fuerzas Armadas salvadoreñas y presentarlas ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU -Organización de Naciones Unidas-.
Niños, mujeres y ancianos eran las víctimas diarias de los ataques de la aviación, el ejército y los escuadrones de la muerte, pero los medios de comunicación anunciaban que los muertos eran “bajas guerrilleras.” García-Villas vio la imperante necesidad de aclarar ante el mundo esa realidad.
La “seca” Sonia, seudónimo de Guadalupe Rodríguez, es la exguerrillera que trabajó con Marianella las últimas semanas previas a su asesinato, ya que, Guadalupe, al mismo tiempo, trabajaba en la sección creada por el grupo guerrillero Fuerzas Populares de Liberación Farabundo Martí -FPL- que se encargaba de elaborar análisis sobre la situación política del país y el mundo e informar a los pueblos sobre las verdaderas causas del conflicto armado, así como la impresión y reparto de un periódico, revistas y panfletos que contenían información y denuncias sobre la violación a los derechos humanos.
Guadalupe, era miembro de la Comisión Nacional de Propaganda del BPR, -Bloque Popular Revolucionario- editora de “Combate popular” y “El Rebelde.”
Marianella llegó al lugar apropiado, donde se le facilitaría recabar todo lo necesario para su presentación ante las Naciones Unidas.
Guadalupe Rodríguez, era también la voz femenina que aparecía en las grabaciones que miembros de la guerrilla dejaban en estaciones de radio comerciales para que el pueblo escuchara sus mensajes. A medida que estas “tomas de radio” se hicieron más populares, la voz de Guadalupe era reconocida por cada vez más personas. No hubo otra opción que trasladarla a una zona más o menos segura, donde tanto ella como muchos otros en los equipos de educación política y propaganda, pudieran llevar el mensaje a la población de manera más estable y por lo menos sería más difícil caer en manos de los escuadrones de la muerte, que ya se multiplicaban por todo el país.
Fue así como la guerrillera, quien al principio para Marianella era una niña con una madurez muy grande, y la presidenta de derechos humanos, se unieron en el trabajo de recabar y agilizar la denuncia de violación a los derechos humanos en aquellas zonas. Ninguna de las dos mujeres anduvo armada.
En el libro “Marianella”, los lectores entenderán por qué las armas de Marianella García Villas fueron una grabadora y una cámara fotográfica. Las armas de Guadalupe Rodríguez, fueron una cámara fotográfica, una máquina de escribir, una grabadora, papel, esténciles, mimeógrafo de madera y tinta de varios colores. Ambas mujeres compartieron sus “armas” para dar a conocer las denuncias.
Después de un tiempo del asesinato de Marianella, la guerrillera entendió que su contacto con García Villas no fue coincidencia, fue algo más allá de eso, ya que, originalmente, ella iba hacia Chalatenango, en la zona norte del país, a formar parte del equipo de la Radio Farabundo Martí, para lo cual, fue entrenada clandestinamente en las instalaciones de la sala de Periodismo de la Universidad Jesuita José Simeón Cañas.
Sin embargo, después de una serie de sucesos y de sentir un fuerte llamado a quedarse en la zona central del país, en el Cerro de Guazapa, ella decidió manifestar la decisión a sus compañeros. Un año después, Guadalupe y Marianella trabajaron juntas.
Cuando Guadalupe contó a Marianella el por qué decidió quedarse en la zona donde más tarde se conocieron, se dieron cuenta que una energía más allá de ambas las había unido. Misma fuerza que le dio a Guadalupe, irónicamente, un dolor profundo, ya que sufrió por mucho tiempo antes de decidirse a cumplir con la promesa hecha en vida a Marianella pocas horas antes de su asesinato.
“Nunca dejes de escribir. Te prometo que yo te ayudaré en todo lo que pueda. Cuéntale al pueblo lo que es la guerra. No le niegues a la gente conocer estas realidades”, le dijo un día Marianella a Guadalupe, casi con urgencia, como si supiera que moriría muy pronto.
Guadalupe, prometió que lo intentaría, pero solamente para cambiar de plática, nunca pensó que Marianella moriría antes que ella.
Después del asesinato de Marianella, Guadalupe Rodríguez, continuó su trabajo de denuncia y sobrevivió a cientos de bombardeos, emboscadas, ofensivas con morteros y cañones, ataques militares a los campamentos, muchos días sin comer debido a la escasez, y enfermedades graves causadas por probables virus y bacterias que varias avionetas lanzaban sobre los pobladores.
Al parecer Guadalupe no se iría de este mundo, sin antes cumplir lo prometido.
El libro se publicó en 1994, por la Editorial "Guayampopo".
SEGUNDA PARTE
Después de un tiempo, Guadalupe viajó por varios países alrededor del mundo, trabajó como analista política alternativa por más de una década en una radio del Norte de California, tuvo un programa de radio en “La Radio del Sur” en Venezuela, llamado “Sin Censura”, el cual terminó por mandato de la administración de Barack Obama dentro de las políticas de control a la información. Guadalupe produjo, además, DVDs con investigaciones profundas sobre el evento conocido como “9-11” y sus implicaciones alrededor del mundo, el trabajo de contención a los avances de la clase trabajadora por parte de muchas organizaciones, el uso de reconocidos sicólogos para la elaboración de manuales de tortura y cientos de análisis sobre las verdaderas causas de la pobreza que enfrentan las mayorías en el planeta y las estrategias que se utilizan para distraer, dividir, y controlar a los pueblos. Esas tácticas son reales y los pueblos deben conocerlas, así, el camino hacia la conciencia podría ser menos difícil alcanzarlo.
Fue en un viaje a Grecia, después de una reunión con líderes sindicales que se llevó a cabo en Atenas, frente a las ruinas del Partenón, templo construido entre los años 447 a. C. y 432 a. C. en la Acrópolis de Atenas, cuando Guadalupe penetró la barrera invisible, pero real, entre el ser y su esencia, llegando a la conclusión que, si el ser no cambia desde la profundidad de su existencia y se reconoce, no solamente como un individuo sino como parte del todo y el todo mismo, las cosas seguirán igual o peor, ya que muchos no dudarán en hacer daño, ignorando el dolor que otros pueden estar sufriendo debido a sus acciones.
Después de aquel viaje, Guadalupe retomó otro camino, infinito e invisible, pero real y, tal vez el más difícil de todos. El camino que, desde que tenía 4 años le mostró una anciana que se encargaba de dirigir velorios de algunos muertos y que además era su abuela, la que hablaba con espíritus, se reía con las sombras y curaba enfermedades con brebajes preparados con hierbas y otras cosas. Un mundo de energías, frecuencias, vibraciones, dimensiones, chacras, constelaciones y universos.
Un mundo donde a veces parece imposible encontrar el camino, aunque unos dicen conocerlo, otros dicen tenerlo, y tantos más creen serlo. Habrá que caminar con todos, en el fondo todos tenemos la respuesta, porque todos somos la respuesta y todos son los caminos, donde vamos retomando que, cuidar a la madre tierra es velar porque todos los que en ella habitan tengan acceso a una vida digna, con todo lo que ello implica.
"Yo tomé una de las sendas al camino", dijo Guadalupe, "fue parte del crecimiento, yo debía vivir esa gran experiencia de la guerra en carne propia y ahora entiendo la importancia de informarnos con conciencia. La guerra me enseñó muchas cosas, pero no necesitas ir a una guerra para aprender muchas cosas, entre ellas, y especialmente, que las guerras son nefastas para los pueblos.”
Guadalupe Rodríguez, dice continuar la senda de su abuela, sin abandonar la de Marianella, porque todas nos llevan al camino, donde ella espera finalmente encontrarte y reconocerte, porque ellas viven en ti… en él… en ella… en nosotros.
…Y porque todos somos los camino
Marianella García Villas, was the president of the National Human Rights Commission of El Salvador when she was assassinated by the Salvadoran army. She was walking along with Guadalupe Rodríguez -la seca Sonia- and around 100 peasants, to a safer place, since the area where they were would be invaded by the army.
Marianella entered the war zones to document abuses and collect evidences of the use of chemical weapons by the Salvadoran Armed Forces and bring them to the UN Human Rights Commission -United Nations Organization-. Children, women and the elderly were the daily victims of attacks by the aviation, the army and the death squads, but the media announced that the dead were "guerrilla casualties." García-Villas saw the imperative need to clarify that reality to the world.
The “skinny” Sonia, pseudonym of Guadalupe Rodríguez, is the ex-guerrillera who worked with Marianella in the last weeks before her assassination, since Guadalupe, at the same time, worked in the section created by the guerrilla group Popular Forces of Liberation Farabundo Martí -FPL- which was in charge of preparing analyzes about the political situation of the country and the world and informing about the true causes of the armed conflict, as well as the printing and distribution of a newspaper, magazines and pamphlets containing information about the violation of human rights.
She was a member of the National Propaganda Commission of the BPR, -Bloque Popular Revolucionario- editor of “Combate popular” and “El Rebelde,”
Marianella arrived at the appropriate place, where she would be able to gather everything necessary for her presentation to the United Nations. Guadalupe Rodríguez was also the female voice that appeared in the recordings that members of the guerrillas left on commercial radio stations, so that the people could listen to the guerrilla group’s messages. As these radio broadcasts became more popular, Guadalupe's voice was recognized by more people. There was no other option but to move her to a, somehow, safer area where both, she and many others in the political education and propaganda teams could carry the message to the population in a more stable way and, at least it would be more difficult to fall into the hands of the death squads, which were already multiplying throughout the country.
That is how the guerrillera, who at first, for Marianella, it was a girl with a great maturity, and the president of human rights joined in the work of collecting and expediting the complaint of violation of human rights in those areas. Neither woman was armed. In the book “Marianella”, readers will understand why Marianella García Villas's weapons were a tape recorder and a camera. Guadalupe Rodríguez's weapons were a camera, a typewriter, a tape recorder, paper, stencils, a wooden mimeograph and ink of various colors. Both women shared their "weapons" to publicize the news.
After Marianella’s murder, Guadalupe, understood that her contact with García Villas was not a coincidence, since originally, she was going to Chalatenango, in the north of the country, to be part of the Radio Farabundo Martí ‘s team, for which she was clandestinely trained in the facilities of the Journalism room of the Jesuit José Simeón CañasUniversity.
However, after a series of events and feeling a strong call to stay in the central area of the country, in the Cerro de Guazapa, she decided to express the decision to her colleagues. A year later, Guadalupe and Marianella worked together. When Guadalupe told Marianella why she decided to stay in the area where they later met, they realized that an energy beyond both of them had united them. The same energy that, ironically, gave Guadalupe a deep pain, since she suffered for a long time before deciding to fulfill the promise made in life to Marianella a few hours before her murder.
"Never stop writing. I promise that I will help you with whatever way I can. Tell the people what war is. Don't deny others to know these realities,” Marianella said to Guadalupe one day, almost urgently, as if she knew that she would die very soon. Guadalupe, promised that she would try, but just to change the conversation, she never thought that Marianella would die before her.
After Marianella’s murder, Guadalupe Rodríguez, continued her work at the mountains and survived hundreds of bombings, ambushes, offensives with mortars and cannons, military attacks on the camps, many days without food due to shortages, and serious illnesses caused by probable viruses and bacteria that several planes threw on the inhabitants.
Apparently, Guadalupe would not leave this world without first fulfilling her promise.
The book was published in 1994, by the Editorial "Guayampopo".
SECOND PART
After a while, Guadalupe traveled to various countries around the world, worked as an alternative political analyst for more than a decade in a radio station in Northern California, had a radio program on "La Radio del Sur" in Venezuela, called "Without Censorship”, which ended by mandate of the Barack Obama administration within the information control policies.
Guadalupe also produced DVDs with in-depth research on the event known as “9-11” and its implications around the world. The work of some organization to, purposly block the advances of the working class. The use of renowned psychologists for the preparation of torture manuals and hundreds of analyzes on the true causes of poverty faced by the majority of the planet and the strategies used to distract, divide, and control peoples. Those tactics are real and the people should know them, so the path to consciousness could be less difficult to achieve.
It was on a trip to Greece, after a meeting with union leaders that took place in Athens, in front of the ruins of the Parthenon, a temple built between 447 BC. C. and 432 a. C. in the Acropolis of Athens, when Guadalupe penetrated the invisible but real barrier between the being and its essence, reaching the conclusion that, if the being does not change from the depth of its existence and is recognized, not only as a individual but as part of the whole and the whole itself, things will remain the same or worse, since many will not hesitate to do harm, ignoring the pain that others may suffer due to their actions.
After that trip, Guadalupe took another path, infinite and invisible, but real and, perhaps, the most difficult of all. The path she knew since she was 4 years old, showed to her by an old woman who was in charge of directing wakes for some of the dead in her city and who was also her grandmother, whom spoke with spirits, laughed with the shadows and cured diseases with concoctions prepared with herbs and others things.
A world of energies, frequencies, vibrations, dimensions, chakras, constellations and universes.
A world where sometimes is hard to find the path, even thought some say they know it, some say they have it and some more say they are on it.
We must walk with all, deep inside, we all have the answer and all are the paths, without forgetting, perhaps, that walking the path through conscientious could also mean to be vigilant that all inhabiting our mother earth should have access to a better and dignified life, with all that this implies.
“I took a difficult road”, said Guadalupe, “It was part of the growth. I had to live the experience of the war in my own flesh and now I understand the importance to be properly informed while walking the path to consciousness. The war taught me many things, but you don't need to go to war to learn many things, among them, and especially, that wars are catastrophic for people."
Guadalupe Rodríguez says she continues her grandmother’s way, without abandoning Marianella's, because they all lead us to the path, because all are the paths, where she hopes to finally find and recognize you, because they live in you… in him… in her… in us.
We all, are one. And we, all, are the path.
COMENTARIOS SOBRE EL LIBRO
12- 12-2012
Parte de la Introducción al Libro "Marianella" por Félix Ulloa hijo.
(Actual Vice-Presidente de El Salvador)
Aunque una obra como la presente no necesite introducciones para el lector, por la propia fuerza de su mensaje, que desde ya le augura un relevante lugar en el género testimonial, vale la pena hacer reflexiones en torno a la autora y al contenido de su libro.
En primer lugar, cuando examinamos los motivos de Guadalupe Rodríguez para realizar esta magistral narración, encontramos que no se trata de alguien con pretensiones de que se le incluya en el listado oficial de “autores salvadoreños”; lejano esta su propósito de un reconocimiento de bombo y platillo que generalmente gana a quienes se inician en el duro oficio de escribir; lo primero que hacen es enviar sus cuartillas a cualquier concurso en el que con suerte, un jurado les afirme y les de seguridad. Esta obra pudo haber ganado fácilmente cualquier premio o mención honorífica en ese tipo de certámenes. Pero no fue así. Guadalupe quería cumplir con un deseo de Marianella, expreso y claro en el texto del libro, cuando encontramos esa frase comprometedora que le dice “escribí estas realidades amargas,” un mandato ineludible para quien sobrevivió aquel terrible martirio.
Sin recurrir a la técnica de los consagrados, se lanza a dar rienda suelta a sus sentimientos, emociones, experiencias, las cuales nos va contando en una mezcla de tiempos, verbos, adjetivos y sustantivaciones, que lejos de restarle atractivo a la obra, la vuelven atractiva, especial, con un dinamismo muy propio. Pues los tiempos gramaticales y los tiempos como unidades de medida, se entrelazan en sus recuerdos, y generan en el lector inmediatos sobresaltos que no le permiten aburrirse.
Y es tan sincero su mensaje que es capaz de hacer vibrar las cuerdas más internas del ser, al límite tal, que cualquier lector que aun mantenga aquellas reservas morales que escasean en esta vorágine de pragmatismo, debería sentir vergüenza de estar vivo. Y no hablo sólo del lector revolucionario, o de quien participó en la guerra, y ahora en su afán arribista olvida todo ese dolor, sino del ciudadano común, capaz de asimilar todo este sufrimiento acumulado por toneladas, por océanos, universos infinitos, que Guadalupe nos recuerda con una calidad ética, que pienso es el mayor logro de este libro.
Part of the Introduction to the Book "Marianella"
by Félix Ulloa Jr. (Vice-President of El Salvador)
Although a work like this one does not need introductions for the reader, due to the very strength of its message, which already predicts a relevant place for it in the testimonial genre, it is worth reflecting on the author and the content of her book.
In the first place, when we examine Guadalupe Rodríguez's motives for producing this masterful narration, we find that she is not someone with claims to be included in the official list of “Salvadoran authors”; Far away is her purpose of a hype and cymbal recognition that generally wins those who start in the hard craft of writing; The first thing they do is send their pages to any contest in which, hopefully, a jury will confirm them and give them security. This work could easily have won any award or honorable mention in such competitions. But it was not like that.
Guadalupe wanted to fulfill Marianella’s wish, express and clear in the text of the book, when we find that compromising phrase that tells her “Write these bitter realities," an inescapable mandate for those who survived that terrible martyrdom.
Without resorting to the technique of the consecrated, she launches to give free rein to his feelings, emotions, experiences, which she tells us in a mixture of tenses, verbs, adjectives and nouns, that far from making the work less attractive, they become attractive, special, with their very own dynamism. Well, the grammatical tenses and the times as units of measurement, are intertwined in her memories, and generate immediate shocks in the reader that do not allow him to get bored.
And her message is so sincere that she is capable of making the innermost strings of being vibrate, to such an extent, that any reader who still maintains those moral reserves that are scarce in this maelstrom of pragmatism, should feel ashamed to be alive. And I'm not just talking about the revolutionary reader, or the one who participated in the war, and now in his careerist zeal forgets all that pain, but about the common citizen, capable of assimilating all this suffering accumulated by tons, by oceans, infinite universes, that Guadalupe reminds us with an ethical quality, which I think is the greatest achievement of this book.
Comentarios sobre el libro "Marianella" de Guadalupe Rodríguez:
“Aun hoy en el mundo, se realizan actos de barbarie como los que aparecen en este desgarrador testimonio. Guadalupe Rodríguez como sobreviviente de la masacre, alza su voz en este libro en nombre de todos sus hermanos caídos, en nombre de la paz y la justicia, a favor de que cada niño latinoamericano tenga derecho a la educación, a un hogar decoroso, a su atención médica y a un futuro mejor. El libro MARIANELLA, como testimonio triste, de amor libertario, da a conocer al lector latino y universal cuanto hay que recorrer para alcanzar la segunda independencia de América Latina.
Para mí, el recuerdo de Marianella, Netio, don Eusebio, Nelson y todos los asesinados que he conocido a través de este libro estremecedor, continuarán transitando por mi memoria y por los montes latinoamericanos, no como “almas en pena,” sino, alimentando el espíritu redentor y de lucha de Nuestra América”.
Raúl Ruiz
Crítico literario
Cuba
Comments on the book "Marianella" by Guadalupe Rodríguez:
“Even today in the world, barbaric acts such as those that appear in this heartbreaking testimony are carried out. Guadalupe Rodríguez, as a survivor of the massacre, raises her voice in this book on behalf of all her fallen brothers, in the name of peace and justice, in favor of every Latin American child having the right to education, a decent home, health care and a better future. The book MARIANELLA, as a sad testimony of libertarian love, makes known to the Latin and universal reader how much must be traveled to achieve the second independence of Latin America. For me, the memory of Marianella, Netio, Don Eusebio, Nelson and all those assassinated that I have met through this shocking book, will continue to pass through my memory and through the Latin American mountains, not as "bansheed souls," but, feeding the redemptive and fighting spirit of Our America.”
Raúl Ruiz
Crítico literario
Cuba
“Guadalupe Rodríguez ha escrito un poderoso testimonio que captura con detalles profundos el terror y la esperanza de la gente que ha sufrido inmensamente en El Salvador.
Su sensible descripción personal de la vida cotidiana bajo el fuego en las montañas de El Salvador transmite elocuentemente el sufrimiento de las decenas de miles de campesinos muertos durante los años ochenta. Sinceramente espero que este libro desgarrador garantice que su sacrificio nunca será olvidado”.
Felipe Bourgois
Profesor de Antropología y director del Centro de Medicina Social y Humanidades en el Departamento de Psiquiatría de la Universidad de California en Los Ángeles. Fundador del Departamento de Antropología, Historia y Medicina Social de la Universidad de California en San Francisco, UCSF. Mr. Bourgois ha escrito varios libros.
“Guadalupe Rodríguez has written a powerful testimony that captures in profound detail the terror and hope of the people who have suffered immensely in El Salvador.
Her sensitive personal depiction of daily life under fire in the mountains of El Salvador eloquently conveys the suffering of the tens of thousands of peasants killed during the 1980s. I sincerely hope that this heartbreaking book will ensure that their sacrifice will never be forgotten."
Philip bourgois Professor of Anthropology and Director of the Center for Social Medicine and Humanities in the Department of Psychiatry at the University of California, Los Angeles. Founder of the Department of Anthropology, History and Social Medicine at the University of California at San Francisco, UCSF. Mr. Bourgois has written several books.
Marianella García Villas was assassinated by the Salvadoran Armed Forces in 1983 and was posthumously awarded the Bruno Kreisky Prize for Services to Human Rights.
Grabando explosiones de bombas a los caseríos de Cuscatlán y Cabañas, en El Salvador.
Marianella García Villas, recording explosions of the bombardments to
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